Uno de los grandes retos del cáncer de páncreas es su diagnóstico tardío. La mayoría de los casos se detectan cuando la enfermedad ya está avanzada, lo que limita las opciones terapéuticas y reduce significativamente la supervivencia. Detectarlo en fases más tempranas puede marcar la diferencia. Sin embargo, el cribado sistemático en la población general aún presenta importantes desafíos médicos, técnicos y económicos. La detección precoz es uno de los objetivos de nuestras Becas de investigación.
En este contexto, una investigación publicada recientemente en la prestigiosa revista Nature Medicine abre una nueva vía prometedora: un sistema de inteligencia artificial (IA) denominado PANDA ha demostrado ser capaz de detectar signos de cáncer de páncreas en tomografías computarizadas (TAC) sin contraste, un tipo de prueba de imagen común que no requiere la administración de medios de contraste intravenosos.
¿Qué hace diferente a este sistema?
PANDA ha sido entrenado para identificar lesiones pancreáticas, entre ellas el adenocarcinoma ductal pancreático (PDAC), el tipo más común y agresivo de cáncer de páncreas. Lo innovador es que lo hace a partir de TACs sin contraste, cuya interpretación visual ha sido tradicionalmente considerada compleja y muy difícil incluso para radiólogos expertos.
En los ensayos realizados, PANDA ha mostrado una alta precisión diagnóstica en la detección de lesiones en diferentes cohortes de validación, incluyendo estudios multicéntricos.:
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Una alta sensibilidad diagnóstica, detectando más del 95% de los PDAC en estadios I y II en cohortes externas.
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Una especificidad muy elevada (aproximadamente un 99,9%), lo que significa una tasa muy baja de falsos positivos.
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Capacidad para identificar signos de cáncer incluso en TACs de tórax que, aunque no están enfocados en el páncreas, incluyen parcialmente este órgano.
¿Qué implicaciones tiene este avance?
Estos hallazgos abren la puerta a nuevas estrategias de detección precoz. Por ejemplo, en un futuro, podría evaluarse el uso de sistemas como PANDA para analizar de forma automática los TACs sin contraste que se realizan por otros motivos médicos, permitiendo una “detección oportunista” del cáncer de páncreas antes de que dé síntomas.
Aunque los resultados son esperanzadores, los autores del estudio subrayan que aún son necesarios más ensayos clínicos, especialmente estudios prospectivos y análisis de coste-efectividad, antes de pensar en una implantación clínica generalizada.
Desde la Asociación Cáncer de Páncreas, celebramos cada avance que acerque a la comunidad científica y médica a nuestro objetivo común: mejorar la detección precoz y, con ello, la supervivencia de las personas afectadas por esta enfermedad.
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